17 jun 2009

ODISEA EN MADRID



El sábado por la mañana amaneció un día perfecto, con previsiones de mucho calor. Salimos a las 9, con tiempo, para Colmenar porque siempre se forman aglomeraciones y al final siempre empezamos con la lengua fuera. Aparcamos donde pudimos, organizamos nuestras mochilas y nos untamos bien el cuerpo de talco, vaselina y crema solar, porque eran las 11:30 h. y el sol ya apretaba con fuerza. Todo estaba bastante bien organizado, así que la recogida del dorsal y la bolsa de regalos la hicimos sin problema y no nos sobró mucho tiempo para descansar a la sombra, lo justo para hacernos unas fotos.

Allí estábamos Antonio, dos amigos de Gálvez y yo esperando a que dieran la salida para empezar a sudar. Según la organización, 1070 participantes. A las doce en punto salimos camino a Manzanares, cuesta arriba y con una temperatura de 32º. Nada más hacer los primeros kilómetros ya sabíamos que la cosa iba a ser dura y decidimos no correr. Antonio tenía algún problema intestinal. Pasamos por el primer avituallamiento en el Km. 6 sin problemas y con la temperatura subiendo, de ahí al segundo en el Km. 12 en bastante buen estado. En estos dos avituallamientos solo dieron agua.

De hecho llegué al 3º avituallamiento en el Km. 18 en buen estado físico pero con sensaciones raras en el estómago y alguna molestia en los pies: las primeras ampollas. Hicimos la parada justo para darnos un poco de vaselina en los dedos y vaciar de tierra las zapatillas y salí "pitando" hasta el siguiente punto en el Km.21, para entonces Antonio ya se había recuperado de sus molestias y las mías iban a mas, hasta el punto de tener que parar a refrescarnos 5 minutos en una sombra al pie del camino, recibimos las primeras llamadas de ánimo al móvil ( María, Javier, Paloma y Álvaro kidokan) que estaban preocupados por el calor que hacia.

Todo marchaba más o menos bien pero el calor era insoportable y daba igual lo que bebiera porque a los dos minutos ya tenía sed de nuevo. Y fue a partir de ahí cuando empecé a pasarlo mal, no muy mal pero lo justo para saber que algo no va bien. Tomamos una barrita (imagínate tomarte un polvorón con la garganta seca a 42º) y bebí agua de la mochila que esto era como tomar una sopa caliente. El calor era cada vez peor. Serían las 16h. y notabas el calor del suelo, del sol y del aire solano que te daba de cara. Era imposible caminar así. Nos cruzábamos con gente que se nota que corre y que no podía casi ni caminar: caras de agotamiento y sufrimiento, alguna chica vomitando y las primeras ambulancias recogiendo gente.

El calor era insoportable y no parábamos de beber agua. El estómago estaba lleno de agua que no pasaba de ahí. Recuerdo el camino junto a la vía del tren especialmente largo y duro en fila de a uno y sin apenas poder levantar los pies del suelo. Llegar a Colmenar de nuevo fue una mezcla de satisfacción y alegría. El paso de la tierra al asfalto era como entrar en una sartén con aceite hirviendo, no vimos ni gente por las calles. Esos dos kilómetros hasta llegar al polideportivo fueron lo más largo y duro de todo el día. Llegamos dentro de los plazos que nos habíamos propuesto: Km. 35,3 en 6:16h y un desgaste tremendo de calorías 4297. Nos encontramos con gente que iba muy mal, todos con nauseas y las misma sensación de no poder hidratarse bien, el personal de la organización con caras de preocupación. Una vez allí nos apoyamos en la pared del pabellón, comimos y a las duchas. A la media hora tomamos la decisión, lo mejor eran descansos cortos y de nuevo al camino.

La segunda etapa empezó a la 7 de la tarde en dirección a Tres Cantos y una distancia de 18 Km., la sensación térmica es menor y la marcha mas alegre. En el camino muy pocos participantes, señal de que la primera etapa ha pasado factura a much@s. Avanzamos por caminos bastante buenos y anchos junto a los muros del monte del pardo, las ampollas y rozaduras nos siguen causando alguna que otra molestia pero a estas alturas de la marcha como bien dice uno de nuestros eslogan (Para que te lo cuenten, antes te lo cuento yo) a la mitad de la etapa recibimos una llamada de nuestros compañeros Alfredo y Elena, disfrutando los dos de una tarde en un spa tomando unas copitas. De ahí al final de la etapa no tuvimos más problemas: el tiempo fue de 3:07 y el consumo de calorías de 1715.

La tercera etapa transcurre de Tres Cantos a San Sebastián de los Reyes, el parcial es de 20,700 Km. y la noche ya está presente lo que hace que tengamos que usar el frontal de luz, además de una tormenta de agua que cae minutos antes de salir, la cual hace que la temperatura sea mas fresca. La mayor parte del camino la realizamos solos y a muy buen ritmo, disfrutamos de la noche y de sus sonidos en el campo, y el encanto que da ver Madrid y pueblos de alrededor iluminados, a falta de 4 Km para el final de la etapa. Nos encontramos con dos compañeros de Correyuncos: uno de ellos con muchos dolores en los pies y deseando llegar a la piscina de San Sebastián para abandonar (es duro después de 74km y 15h de marcha tener que abandonar por problemas). Al llegar a la piscina Antonio me pide que prefiere comer y dormir un poquito mientras yo como, me ducho y me preparo para la siguiente etapa.

La cuarta etapa empieza a las 4 de la mañana y va de San Sebastián a Tres Cantos y un parcial de 14,8 Km., tenemos las ideas muy claras y nuestro lema en todas las carreras es hacer la del pobre……reventar antes de que sobre, tenemos que dar todo. Cada vez menos participantes en la prueba. Apenas vemos a nadie. Para lo que nos queda de ruta ya lo hacemos con alegría y pensando en la comida del día siguiente porque estábamos ya cansados de barritas energéticas y glucosport. Algo calentito no vendría nada mal. En los últimos km Antonio empezó a tener un sueño agotador. Yo le miraba y parecía un zombi. La llegada al pabellón fue a las 6 de la mañana y el parcial fue de 2:55 y un consumo de calorías de 1024.

La última etapa era desde Tres Cantos hasta Colmenar Viejo y un parcial de 11,2 Km. Antes de la salida Antonio me pidió un sueñecillo de 15 minutos para recuperar fuerzas. Después de esto salimos del pabellón con una idea en la cabeza: encontrar un bar abierto eran las 7 de la mañana para poder tomarnos un café caliente y afrontar los últimos Km. de la prueba, a esa hora maria nos llama y da animos para terminar . El sol despunta en el horizonte, suerte que acabaremos antes de que empiece a castigar de nuevo el sol. El cuerpo no siente, las piernas no responden, estamos agotados y doloridos pero después de 98 Km. y a falta de dos tenemos la misma alegría en el cuerpo que cuando empezamos la prueba. El tiempo final de esta etapa es de 2:18 h y un consumo de calorías de 944. Nos sobran 2h 48 min. de las 24 h permitidas para realizar la prueba. Hemos conseguido terminar un reto personal: hacer 100 Km. en menos de 24 h.
Después de ampollas, dolores, rozaduras y desgaste físico hemos conseguido nuestro objetivo.
¡¡¡¡¡Un saludo y gracias a todos los que nos han apoyado!!!!!

Perdón por extenderme tanto pero 100 Km. dan para mucho.


Bye, bye, cerrado por vacaciones