23 abr 2012

MARATON ROCK`N ROLL MADRID 2012

  

Y llegó el gran día.
Ayer corrí el maratón de Madrid, después de entrenos y entrenos, al fin llegó el momento de correr.
El día fue estupendo, no hacía viento, que era lo que más me preocupaba, y la temperatura era excelente para correr. El ambiente genial, con un montón de grupos tocando por el recorrido, lo que hacía más amena la carrera.
A las 6:30 de la mañana salimos de casa para ir con algo de tiempo, el café de rigor, dejamos las cosas en el guardarropa y de ahí a la salida corriendo para aprovechar y calentar un poco.



La carrera empezó muy bien, con ritmos por debajo de 5` incluso desde el km 1, en ningún momento subía de 4,40, de hecho el paso por la media fue de 1:37:54 y de fuerzas aún iba casi intacto, sin ningún tipo de problema muscular, rozaduras, ampollas, hasta ahí todo iba saliendo muy bien. El paso por 25 fue 1:55:27 a 4:37, lo dicho de momento las previsiones que yo tenía se cumplían, sabía que estaba fuerte, y de momento las fuerzas me respondían, todo iba como debía, si no había nada extraño el objetivo de acabar entre 3:20:00 – 3:30:00 se cumpliría, incluso subiendo a 5`el km, llegaría en 3:20:00.

Pero cuando se practica un deporte o cualquier tipo de actividad, siempre ocurren cosas que no están previstas y es la forma de adaptarse a ellas lo que marca el discurrir de la competición. 

En el km 26, más o menos, hay una cuesta abajo muy pronunciada hacia  la derecha, que da entrada a la Casa de Campo, en esa curva se me torció la rodilla izquierda y ya no pude correr en plenas condiciones el resto de la carrera, el dolor iba en aumento, cada vez que plantaba, la rodilla izquierda me dolía  más, sabía que quedaban 16 km para terminar, de fuerzas iba muy bien, no tenía ningún problema salvo ese. En ese momento piensas muchas cosas, pero mi idea era que había que terminar si o si, así que seguí corriendo, y aún corriendo cojeando, podía marcar tiempos por debajo de 5` aunque ya iba subiendo bastante, de hecho el km 25 lo hice a 4:20 y el 27 a 4:40,  y así seguiría subiendo los tiempos de paso hasta el 36 que pasé a 5:38 y en el 37 ya no pude correr más.



Pero uno no se prepara un maratón y llega hasta el 37 para abandonar, así que, con la rabia de saber que estaba fuerte, sin molestias, cansado sí claro, pero que podía haber hecho una gran marca y que por una lesión no podría hacerlo, decidí terminar andando los últimos 5 km y entrar en meta en 3:58:58.

En definitiva, un gran día con sentimientos contradictorios, contento por terminar el primer maratón que corro, pero con una gran sensación de impotencia por todas las circunstancias que me ocurrieron durante la carrera, eso sí pensando en la siguiente y, sobre todo en el 28 de Abril de 2013, próximo Maratón Rock`n Roll Madrid.

Roberto.                                                                                                                                                   

10 abr 2012

EL TRABUQUETE





Lo primero que hay que señalar, es que esta ruta puede hacerse en cualquier sentido, según vuestr@s prioridades de sufrimiento. Está calificada como de dificultad media, pero dependiendo de la época del año, será más o menos dura.

Después de haber subido al "Circo de Gredos “ “ Rocigalgo”y el “Ocejon” teníamos que buscar otra ruta en condiciones para echar una buena caminata y como tenía ganas de hacer la "Ruta circular del Trabuquete, Ermita de la Virgen de las Nieves", 12km encajonados en una preciosa garganta, de los que gran parte hay que patear hacia arriba. La ruta se inicia en El Guijo de Santa Barbará (Cáceres), está muy bien marcada durante todo el recorrido.
 Aparcamos en la plaza del pueblo  sobre las 09:30 H. de la mañana, y el día apunta gris (nos caería una pequeña nevada).  Al inicio tenemos un mapa con toda la ruta e información sobre las cosas que iremos viendo. Repasado los apuntes geográficos empezamos la progresión garganta arriba pasando por diversos puentecillos que van sorteando la garganta.




Tomamos una preciosa senda de herradura que conduce hacia la Portilla Jaranda, siguiendo el viejo Camino de Castilla, por donde cruzaban la sierra de Gredos los antiguos pobladores de la zona con sus caballerías para llevar la mercancía a Castilla. Es una senda que al comienzo va más o menos llana, ladeando la falda de la montaña y adentrándose en el valle por donde desciende el río Jaranda, que más abajo lleva sus aguas al Tiétar. Cuando la senda alcanza el río, se cruza un puente y el camino comienza a ascender lentamente, paralelo al río, hacia el fondo del valle, mirando siempre a la Portilla de frente.
El camino es pedregoso; algunos tramos están cubiertos de piedras de granito más o menos bien colocadas, y otras veces éstas se las ha llevado el agua y el sendero es más irregular, vamos viendo algunas cabañas pastoriles por el camino, la mayor parte con aspecto de estar abandonadas, y algunos prados rodeados de muretes de piedra donde los pastores encierran su ganado, la mayor parte del camino es monte bajo, Encinas, Retama, Romero etcétera.




Las laderas, a ambos lados del arroyo son escarpadas, con vegetación abundante y mucha agua que va cayendo por doquier. La senda va atravesando puentes de piedra y madera que cruzan la garganta, el camino se va empinando y tomando altura, siempre mirando a la portilla y dejando a la espalda una preciosa vista de La Vera y del valle del Tiétar en la lejanía.
Pese a que la niebla y de los primeros copos de nieve que nos privan de vistas aún más espectaculares, seguimos disfrutando muchísimo del camino en el continuo discurrir del agua por las incontables piedras erosionadas por el tiempo, llegamos a una puerta metálica que nos da a entender la llegada inminente del Trabuquete. Está claro que siempre que encontréis alguna puerta de este tipo cerradla. En este caso, aunque  el cerrojo no hacía su función, la puerta se encajonaba perfectamente en la piedra y aquí está, la llegada al Trabuquete, se trata de una preciosa cascada que forma un pequeño lago en un cortado de la sierra y en donde con precaución se puede dar un refrescante baño.




En este punto y después de las fotos de rigor, decidimos seguir subiendo hacia la Portilla Jaranda, con más dificultad que antes, debido a la nieve y a la bajada de la niebla, en uno de tantos chozos de pastores  que hay en el camino hacemos nuestra parada para comer, queso, tortilla y fruta nos hacen recuperar energías, antes de tomar la decisión de que con estas condiciones lo mejor es no arriesgar y dar media vuelta ya que la nevada cada vez  era más copiosa y el horizonte apenas se distinga.
Finalmente nos animamos a subir a la Ermita de la Virgen de las Nieves, a 1550 m. de altura aunque eso sí, de continua subida y bajada por caminos algo complicados. Aunque para llegar allí, había que continuar la ruta y cambiar de vertiente. A partir de aquí comenzamos a ganar más altura y ya dejando un poco de lado la garganta. En este punto, las vistas al valle eran espectaculares, ya que empezamos a rodear la montaña, conseguimos ver algo más de vegetación y unas estructuras de roca preciosas. También es donde llegaríamos al Pontón del Regajolengo. Es en este punto donde ya las nubes se alzaron definitivamente y pudo verse, al fin y tras un buen rato subiendo, llegamos a la Ermita de la Virgen de las Nieves, tras más de 800 m. de desnivel en continua subida. 




Pero bueno, la ruta estaba siendo muy bonita y, la estábamos disfrutando en cantidad, visita de rigor al interior de la Ermita y firmas en un cuaderno donde los montañeros hacen sus dedicatorias. Y poco tiempo después, allí estábamos emprendiendo ya la bajada, mirando en ocasiones hacia atrás para tener una referencia del lugar hasta el que habíamos logrado subir  haciendo un total de 14,5 Km. con la intención de volver para realizar la ruta con el grupo de senderista de Polán

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