Lo primero que hay que
señalar, es que esta ruta puede hacerse en cualquier sentido, según vuestr@s
prioridades de sufrimiento. Está calificada como de dificultad media, pero
dependiendo de la época del año, será más o menos dura.
Después de haber
subido al "Circo de Gredos “ “ Rocigalgo”y el “Ocejon” teníamos que buscar
otra ruta en condiciones para echar una buena caminata y como tenía ganas de
hacer la "Ruta circular del Trabuquete, Ermita de la Virgen de las
Nieves", 12km encajonados en una preciosa garganta, de los que gran parte
hay que patear hacia arriba. La ruta se inicia en El Guijo de Santa Barbará
(Cáceres), está muy bien marcada durante todo el recorrido.
Aparcamos en la plaza del pueblo sobre las 09:30 H. de la mañana, y el día
apunta gris (nos caería una pequeña nevada). Al inicio tenemos un mapa
con toda la ruta e información sobre las cosas que iremos viendo. Repasado los
apuntes geográficos empezamos la progresión garganta arriba pasando por
diversos puentecillos que van sorteando la garganta.
Tomamos una
preciosa senda de herradura que conduce hacia la Portilla Jaranda, siguiendo el
viejo Camino de Castilla, por donde cruzaban la sierra de Gredos los antiguos
pobladores de la zona con sus caballerías para llevar la mercancía a Castilla.
Es una senda que al comienzo va más o menos llana, ladeando la falda de la
montaña y adentrándose en el valle por donde desciende el río Jaranda, que más
abajo lleva sus aguas al Tiétar. Cuando la senda alcanza el río, se cruza un puente
y el camino comienza a ascender lentamente, paralelo al río, hacia el fondo del
valle, mirando siempre a la Portilla de frente.
El camino es
pedregoso; algunos tramos están cubiertos de piedras de granito más o menos
bien colocadas, y otras veces éstas se las ha llevado el agua y el sendero es
más irregular, vamos viendo algunas cabañas pastoriles por el camino, la mayor
parte con aspecto de estar abandonadas, y algunos prados rodeados de muretes de
piedra donde los pastores encierran su ganado, la mayor parte del camino es
monte bajo, Encinas, Retama, Romero etcétera.
Las laderas, a
ambos lados del arroyo son escarpadas, con vegetación abundante y mucha agua
que va cayendo por doquier. La senda va atravesando puentes de piedra y madera
que cruzan la garganta, el camino se va empinando y tomando altura, siempre
mirando a la portilla y dejando a la espalda una preciosa vista de La Vera y
del valle del Tiétar en la lejanía.
Pese a que la niebla
y de los primeros copos de nieve que nos privan de vistas aún más
espectaculares, seguimos disfrutando muchísimo del camino en el continuo
discurrir del agua por las incontables piedras erosionadas por el tiempo,
llegamos a una puerta metálica que nos da a entender la llegada inminente del
Trabuquete. Está claro que siempre que encontréis alguna puerta de este tipo
cerradla. En este caso, aunque el cerrojo no hacía su función, la puerta
se encajonaba perfectamente en la piedra y aquí está, la llegada al Trabuquete,
se trata de una preciosa cascada que forma un pequeño lago en un cortado de la sierra
y en donde con precaución se puede dar un refrescante baño.
En este punto y
después de las fotos de rigor, decidimos seguir subiendo hacia la Portilla
Jaranda, con más dificultad que antes, debido a la nieve y a la bajada de la
niebla, en uno de tantos chozos de pastores
que hay en el camino hacemos nuestra parada para comer, queso, tortilla
y fruta nos hacen recuperar energías, antes de tomar la decisión de que con
estas condiciones lo mejor es no arriesgar y dar media vuelta ya que la nevada
cada vez era más copiosa y el horizonte
apenas se distinga.
Finalmente nos
animamos a subir a la Ermita de la Virgen de las Nieves, a 1550 m. de altura aunque
eso sí, de continua subida y bajada por caminos algo complicados. Aunque para
llegar allí, había que continuar la ruta y cambiar de vertiente. A partir de
aquí comenzamos a ganar más altura y ya dejando un poco de lado la garganta. En
este punto, las vistas al valle eran espectaculares, ya que empezamos a rodear la
montaña, conseguimos ver algo más de vegetación y unas estructuras de roca preciosas.
También es donde llegaríamos al Pontón del Regajolengo. Es en este punto donde
ya las nubes se alzaron definitivamente y pudo verse, al fin y tras un buen
rato subiendo, llegamos a la Ermita de la Virgen de las Nieves, tras más de 800
m. de desnivel en continua subida.
Pero bueno, la ruta estaba siendo muy bonita
y, la estábamos disfrutando en cantidad, visita de rigor al interior de la
Ermita y firmas en un cuaderno donde los montañeros hacen sus dedicatorias. Y
poco tiempo después, allí estábamos emprendiendo ya la bajada, mirando en
ocasiones hacia atrás para tener una referencia del lugar hasta el que habíamos
logrado subir haciendo un total de 14,5
Km. con la intención de volver para realizar la ruta con el grupo de senderista
de Polán
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