3 dic 2011

XXIII CARRERA INTERNACIONAL DESDE SANTURCE A BILBAO





Todo empezó como una simple conversación entre Javitxu y yo cuando vino a recogernos a Hondarribia después de acabar la traspirenaica Alfredo y yo este verano, allí hablamos de que si el se enteraba de alguna carrerita por la zona, vive en Portu junto a Cristina, que nos avisara y le hacíamos esa famosa visita que le debía y tenía pendiente con ellos.

Así fue, al entrar a currar, me encuentro un correo cuyo asunto era “carrerita”, la fecha me cuadraba y encima nos avisa con tiempo más que suficiente como para no haber quedado ese finde para realizar otra actividad.

Llamo a mi colega Jose a ver si le cuadra y……. para allá que nos vamos. Se han alineado todos los planetas y todo nos cuadra sin problemas asi que nos presentamos en Portugalete el Viernes a la hora de la cena. No nos hace falta GPS, pues Javitxu nos había indicado en un e-mail todas las estatuas que había en todas las glorietas por las que pasaríamos, así que perderse no era posible. (La fundadora de Portugalete, un herrero, el paso a nivel…… todo nos cuadraba según subíamos con el coche.

El mismo Viernes por la noche ya nos habían preparado un tour por Portugalete de noche para ver la ría, el casco antiguo, el puente de noche y el paisaje, con Bilbao a la derecha y el Cantábrico a la izquierda.

A la mañana siguiente nos dirigimos en primer lugar a recoger los dorsales al Polideportivo de Santurtzi y una vez con los deberes hechos desde primera hora, comienza el mega tour por la zona.



Lo primero que hacemos es visitar y pasar la ría atravesando el puente de hierro utilizando la barcaza para posteriormente utilizar el ascensor que nos sube a lo alto del puente y poder disfrutar de las impresionantes vistas de la ría y de todo Portugalete. Es un paseo que recomiendo siempre que no tengáis vértigo, pues el puente es de tablones de madera y se ve el agua entre tablón y tablón. Casualidades de la vida, pues el mundo es un pañuelo, sólo estabamos seis personas en lo alto del puente y se nos acerca un hombre con su hija que al oírnos hablar se da cuenta de que somos de Polán y sorpresa….. se llama Iñigo, trabaja en Tello y es compañero de mi vecino y amigo JuanVi. (como dice Jose Mota…., ahora vas y lo cascas.).

Una vez cumplido este trámite, salimos a Las Arenas, donde vamos a coger el metro en dirección a Bilbao, pasear por la Gran Vía, ver el lugar donde estará la meta y empezar nuestro recorrido por el Casto Viejo.

Una vez en el Casco, nos encontramos a un viejo conocido de la zona, al Josu, pues hemos coincidido muchas veces con él tanto en Polan como en Toledo. Después de charlar un rato con él y con su cuadrilla, nos dirigimos a una sidrería, pues habíamos hecho una reserva para la hora de la comida.

Sin comentarios lo bien que nos dieron de comer y beber en este restaurante, tuvimos que dar un largo paseo para intentar rebajar la comida. Para esto Javi nos había preparado una subida en el funicular para poder ver el atardecer desde lo alto del monte.
Se podía subir las bicis, pues de hecho coincidimos con uno que subía con una bici de descenso, con lo cuál suponíamos que había por la zona un montón de sitios donde poder tirarse con este tipo de bicicletas.


Tras bajar, habíamos quedado con los colegas de Javi y Cristina para dar una vuelta por el casco de noche. Hubo dos cosas que a Jose y a mi nos llamó mucho la atención, la primera es que permitían el acceso a los bares, a determinados bares, de perros atados con su correspondiente correa y la segunda es que la gente salía a los ocho de la noche y no a la una de la mañana como hacemos en Toledo.

Nos llevaron a visitar un Centro Cultural donde me llamó mucho la atención el hecho de que la última planta era una pisicina climatizada  donde tu veías a la gente como se bañaba desde la parte inferior, estamos a unos 20 metros del suelo y el techo del centro cultural es la piscina. Se pueden ver los pies de la gente que está nadando y por otro lado había proyectado en una pantalla gigante imágenes a tiempo real del Sol a través de un filtro, donde podíamos ver perfectamente sus explosiones. Al salir de este Centro Cultural, nos dirigimos al Bilbo Rock, para que os hagáis una idea es como el Circulo del Arte en Toledo, y digo que es como…., porque es otra Iglesia que se ha utilizado para realizar conciertos y en este caso nos asomamos unos minutillos para ver la actuación que se estaba llevando a cabo.

Después de esto, seguimos la ronda por el Casco, para ir a cenar de pintxos y terminar a eso de las tres de la mañana volviendo en metro.



A la mañana siguiente, nos preparamos para la Carrera, pues era nuestra cuartada para visitar a Javi y a Cristina y tras el desayuno nos dijimos a la salida. Habíamos quedado con mis colegas de Madrid que también habían subido, Juanjo, Sergio y David “Besu” y hablando con ellos mientras calentábamos en la pista de atletismo, su jornada nocturna no tenía que envidiar nada a la nuestra.


Nos situamos en la línea de salida y nos avisan que el primer pistoletazo sería para los atletas que realizan la prueba en silla de ruedas y después iríamos nosotros. Que merito tienen y que coj…., que le echan, bravo por ellos, pues toda la carrera pica para arriba, no en vano estamos subiendo desde Santurce a Bilbao, como dice la canción por toda la ría. Mientras salimos nos acompañan las Txarangas de la zona animando a los corredores en la línea de salida.

El recorrido es el unos 16 kilómetros aproximadamente, aprovechamos para ver los Altos Hornos y lo que queda de la zona industrial pues vamos a pasar por las localidades de Santurtzi, Portugalete, Sestao, Baracaldo, Lutxana ,Zorrotza, Zorrotzaurre, Deusto y tras rodear el Guggenheim terminamos en la Gran Vía de Bilbao. Allí nos esperaba Javi y Cristina para ayudarnos con la Logística, nos cambiamos rápidamente pues estábamos empapados del sudor y de vuelta a su casa para poder ducharnos.




A pesar de que Jose decía que estaba tocado para esto del correr, poco a poco estamos recuperando el .Kebab, pues hicimos la prueba en 1.12h  un tiempo nada desdeñable para como decía él estar flojo. El resto de mi tropa muy buenos tiempos, Sergio 1h y Juanjo 1.09. David “Besu” no quiso y eso que si que entrena con nosotros en Madrid casi a diario.

Para terminar este super tour, Javi nos había organizado la comida en la “Arboleda”, un maravilloso paraje que surgió del agua que manaba de unas minas de explotación al aire libre y que al inundarse, quedó este fantástico paisaje. El pueblo es muy pequeño, pero muy tranquilo y merece la pena la visita. Nosotros comimos en el Meatzari, donde nos atendieron de maravilla.

Después de esto y tras comprar las oportunas botellitas de txacolí para consumir con la familia, era la hora de las despedidas y de la vuelta a casa.


Es otra carrera para apuntar en el calendario sobre todo porque es la excusa perfecta para pasar un fin de semana alucinante en el País Vasco con los colegas.

Para terminar, he copiado esta frase que lo puede resumir todo:


HAINBAT MIRAGARRITASUN IKUSTEKO (TIENES TANTO QUE VER).


Muchas gracias a Javi y a Cristina por su hospitalidad y a todos sus colegas por la agradable compañía que nos dieron, pues nos hicieron sentir como si estuviésemos en nuestra propia casa.

Un saludo y hasta la próxima.